
¿Es posible hacer un uso positivo de las pantallas? ¿Pueden ser aliadas del aprendizaje y de la creatividad en lugar de enemigas del bienestar familiar?
La respuesta es sí. Cuando las utilizamos con criterio y con un propósito, las pantallas pueden convertirse en herramientas valiosas para el desarrollo emocional, cognitivo y social de niños, niñas y adolescentes.
En nuestro anterior artículo te propusimos más de 20 ideas de ocio saludable para disfrutar del verano sin pantallas (o con un uso muy puntual).
En este post vamos más allá y te proponemos 10 ideas de actividades digitales positivas que puedes valorar que hagan tus hijos, siempre y cuando no descuiden esas otras cosas que sí o sí deben hacer en el ámbito físico: socializar, jugar, realizar actividad física…
Un uso positivo de las pantallas significa usarlas para crear, investigar, explorar, programar, expresarse… No todo el tiempo frente a una pantalla es igual. Lo importante no es el dispositivo, sino qué hacen con él, cuánto tiempo y con qué acompañamiento. En esto todo el mundo está de acuerdo: especialistas de la salud, referentes educativos y tecnólogos. Mira estas 10 ideas para un uso positivo de pantallas que te hemos preparado.
Ideas de usos positivos de las pantallas
1. Fotografía creativa: edita, experimenta, expresa
Proponles retos como: “fotografía los colores del verano”, “cuenta una historia en 5 fotos” o “documenta tu día en imágenes”.
Con apps como Snapseed o Lightroom Mobile aprenderán a editar fotos, mejorar el encuadre, jugar con luces y sombras… y expresar emociones visualmente.
Lo positivo: desarrollan pensamiento visual, expresión artística y atención plena.

2. Música digital: crea playlists o compón canciones
¿Y si creáis juntos una playlist de la familia? Que cada uno elija sus temas preferidos para escuchar en el coche o en casa. Compartir su música puede ser un gran nexo entre vosotros. También puedes proponerles hacer listas por emociones (“música para cuando estoy enfadado”, “canciones que me suben el ánimo”) o por momentos del día (“playlist para leer”). A los más peques puedes enseñarles a usar Spotify Kids.
Para ir un paso más allá, apps como BandLab permiten grabar y mezclar música, convirtiéndoles en pequeños compositores.
Lo positivo: canalizan emociones, desarrollan sensibilidad musical y creatividad.
3. Ciencia y naturaleza con apps educativas
La tecnología puede servir para acercarse al mundo natural. Algunas apps recomendadas:
- Seek by iNaturalist: identifica plantas e insectos en tiempo real usando la cámara.
- Star Walk 2: permite explorar el cielo nocturno, observar estrellas y planetas, desde cualquier punto.
- Google Lens: para saber qué flor han visto en el parque o cómo se llama ese insecto curioso.
✅ Lo positivo: despiertan la curiosidad científica y fomentan la observación consciente del entorno.
4. Programación creativa: Scratch al rescate
La programación no es solo para expertos en tecnología. Con Scratch, niños y niñas a partir de 8 años pueden crear animaciones, videojuegos o historias interactivas de forma intuitiva.
Hay tutoriales adaptados por edades, y puedes acompañarles en sus primeros pasos creando juntos un personaje o un minijuego.
Lo positivo: fomenta el pensamiento lógico, la planificación y la perseverancia.
5. Robótica y construcción digital
Si tenéis kits como LEGO Boost, Makeblock o BQ Zum Kit, pueden montar y programar pequeños robots desde cero.
¿No tenéis el material físico? No pasa nada. Herramientas como Tinkercad Circuits permiten simular circuitos electrónicos y aprender diseño 3D y electrónica básica sin necesidad de hardware.
✅ Lo positivo: aprenden jugando y desarrollan habilidades STEM esenciales.
6. Escape rooms y retos digitales
¿Sabías que hay escape rooms digitales que pueden jugarse en casa y hasta crearse en familia?
- Puedes explorar esta selección de búsquedas del tesoro y escape rooms imprimibles.
- O crear uno propio con plataformas como Genially, fomentando la lógica y el trabajo en equipo.
✅ Lo positivo: potencian la resolución de problemas, el ingenio y el juego cooperativo.
7. Cine en casa: crea tu propia filmoteca familiar
Más allá de ver películas, puedes convertir la experiencia en algo participativo: Diseñad entradas, programad la cartelera, preparad una crítica escrita o en vídeo.
Películas como Del revés, Coco o Wonder pueden abrir conversaciones profundas en familia.
Lo positivo: fortalece los lazos familiares y estimula la reflexión emocional.
8. Crear un blog o canal familiar
¿Y si documentan el verano con un blog o canal de vídeo privado para la familia? Pueden subir fotos, escribir reseñas de las actividades, hacer entrevistas o incluso simular un noticiario familiar.
Puedes usar Blogger, Canva Docs, YouTube (con la cuenta configurada en modo privado) o incluso crear una newsletter familiar que manden a los abuelos.
✅ Lo positivo: mejora la expresión escrita y oral, y desarrolla competencias digitales útiles.

9. Videojuegos educativos bien elegidos
No todos los videojuegos son iguales. Busca juegos que impliquen resolución de problemas, razonamiento lógico, creación o colaboración.
Algunos ejemplos: Minecraft Education, Toca Life World, Monument Valley, LightBot…
Recuerda revisar siempre las recomendaciones del fabricante, el código PEGI y las reseñas de otros usuarios antes de acceder a que jueguen.
Lo positivo: si se eligen bien, los videojuegos pueden estimular la creatividad y el pensamiento estratégico.
10. Explorar el mundo con Google Earth o Mapas
Viajar es maravilloso pero no siempre podemos hacerlo, ni llegar a los lugares remotos que nos gustaría. ¿Y si te dijéramos que gracias a la tecnología podemos hacer viajes sin movernos del sofá?
Explorad lugares curiosos, planificad rutas juntos, medid distancias o buscad monumentos históricos. Puedes proponerles un reto: “Encuentra las 5 montañas más altas de Europa” o “sigue la ruta del Camino de Santiago”.
Lo positivo: desarrollan cultura general, habilidades espaciales y pensamiento crítico.
Conclusión: Sí se puede hacer un uso positivo de las pantallas
Las pantallas pueden ser una herramienta de aprendizaje, de creatividad y de vínculo familiar si se utilizan con sentido y supervisión. Pero si se convierten en el plan por defecto, en la niñera digital o en la vía de escape constante… entonces sí, hay un problema.
Equilibrio, acompañamiento y propuestas variadas. Esa es la clave para que no se pasen todo el día delante de una pantalla… sino que aprendan a convivir con ella.
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